Alfarería en Totana. Espacios de creación y difusión artesanal.

Abstract

La actividad artesanal tradicional por excelencia en la ciudad de Totana es y ha sido la alfarería y la tinajería, tal y como se observar en numerosos detalles existentes a lo largo del pueblo. Entre ellos se encuentra la presencia de hornos alfareros datados desde los siglos XVI al XX y catalogados y protegidos por su valor cultural; esculturas con motivos cerámicos a lo largo del pueblo (destacan especialmente las ubicadas en las entradas al mismo); decoración de la propia Rambla de la Santa (eje divisorio y estructurador del pueblo) o incluso, el nombre de sus calles: Paseo de las Ollerías o calle Tinajerías. La alfarería en esta localidad se entiende como un modo de vida característico y una cultura peculiar de los barrios de Sevilla y Triana particularmente y de Totana en general, que se encuentra en un proceso de desaparición, con el paso de las generaciones, debido al auge de nuevos sistemas industriales, dejando de lado la creación artesanal. La producción alfarera en Totana, de origen medieval, se ha mantenido hasta nuestros días conservando en muchos casos la técnica tradicional para la elaboración de piezas, transmitiéndose de padres a hijos. Algunas de estas técnicas son: la preparación del barro en balsas de decantación, tornos sobre plataforma circular movidas por el pie del artesano, métodos de secado del barro, así como elementos constructivos singulares, tales como hornos morunos con caldera, arcos, cámaras y bóvedas. La prosperidad de este oficio en la zona que estudiamos se debe principalmente al barro usado por los artífices. El Valle del Guadalentín ha alimentado tradicionalmente las ollerías de Totana, Lorca, Aledo y Mula (principales poblaciones con tradición alfarera de la Región). Por lo general, los obradores se ubicaban extramuros de las poblaciones para conseguir con mayor facilidad la obtención de tierras, además de porque necesitaban grandes espacios en los que trabajar con comodidad. Asimismo, la ubicación elegida solía estar cerca de cauces, ya que el agua (junto con la tierra) es indispensable para la elaboración de materia prima (barro). En Totana, las ollerías se sitúan junto a la Rambla, en torno al Arco de las Ollerías (acueducto medieval que transportaba agua desde zonas elevadas de Sierra Espuña hasta la Fuente de Juan Uzeta, situada en el centro del pueblo). Actualmente, como ya ha quedado expuesto, este sector ha sufrido una grave crisis desde los años 60 del siglo XX, debido a la aparición de nuevos materiales más funcionales (como el plástico) para elaborar recipientes más ligeros y económicos, así como el empleo de nuevos combustibles. En los últimos años se está produciendo un ligero auge para este oficio, en parte motivado por el turismo, pero también debido a una mayor sensibilización ligada a lo tradicional