TY - JOUR A1 - Vidal Vidal, José T1 - Fomento de la cultura y espíritu emprendedor en los jóvenes españoles desde las instituciones educativas Y1 - 2012 UR - http://hdl.handle.net/10317/2917 AB - La opción de montar un negocio por cuenta propia como una posibilidad más de futuro profesional no está en la mente de los jóvenes españoles. Se prefiere trabajar en una empresa privada o en la Administración Pública antes que embarcarse en una aventura empresarial. Tanto es así que, el 77% de los jóvenes encuestados prefieren la estabilidad y el 70% un ingreso fijo a la posibilidad de crear su propia empresa, según se recoge en el Libro Blanco de la Iniciativa Emprendedora en España, lo que confirma la baja valoración que otorgan los españoles de 18 a 34 años a los emprendedores. Así mismo, los españoles tampoco son proclives a tomar riesgos y tan sólo el 12% asegura que es una persona arriesgada ante un 39% de norteamericanos (Alemany et al., 2011). Por tanto, se revela de dicho informe que los encuestados se consideran poco creativos y piensan que lo que les pasa está en gran medida determinado por otros o por la suerte. Otro de los frenos a la hora de emprender en España es la mala imagen que se tiene del autoempleo. De hecho, ser emprendedor sólo cuenta con un 48% de índice de popularidad frente al 73% de los Estados Unidos o el 62% de Francia. Así, los jóvenes piensan que la sociedad valora mejor a los profesionales independientes (72%) o a los científicos y artistas (69%) que a los emprendedores o empresarios (38%). El estudio constata además que los medios de comunicación "no dedican una atención suficiente a la iniciativa emprendedora" mientras que "en países como los Estados Unidos o Noruega los medios de comunicación se interesan el doble por el tema". A la vista de estos datos, queda patente que en España existe poca iniciativa emprendedora. Por tanto, cabe preguntarse ¿Qué falla para que los universitarios prefieran el trabajo asalariado al autoempleo? David Alva (2012), presidente de la Confederación Española de Jóvenes Empresarios (CEAJE), explica que “no se potencia la figura del empresario como creador de puestos de trabajo, las escuelas no fomentan la creación de empresas y no se sabe cómo afrontar el miedo al fracaso”. La enseñanza superior ya dispone de asignaturas dedicadas a la creación de empresas, pero los expertos consideran que impartir este tipo de conocimientos al alumnado de veinte años en adelante ya es tarde para inculcar el espíritu emprendedor. “En la Universidad existen programas pero se enseñan cuando el estudiante está demasiado maduro”, reflexiona Ángel Colomina (2012), director de formación y emprendimiento del Consejo de Cámaras de Comercio. Por eso señala que “hay que introducir estas disciplinas en el colegio”. Así mismo, Pablo Martín (2012), director del Club de Emprendedores de la Universidad de Navarra, opina que “los chicos llegan verdes a la carrera y no se puede convertir a nadie en emprendedor en dos o tres años”. Para paliar este déficit, sostiene que “se tiene que formar en el emprendimiento desde Primaria, como se lleva haciendo desde hace años en países como Finlandia o Estados Unidos”. En la misma línea, Pablo Calderón (2012), director de estrategia e innovación del Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital (U-Tad), identifica como uno de los errores más arraigados el hecho de que se aprende qué es una empresa cuando se comienza a trabajar en ella. “Lo que se debe hacer es enseñar y presentar cómo funciona un negocio cuando se está estudiando”.Otra de las razones por la que el emprendimiento no se ve como una salida profesional es la imagen negativa que se tiene del empresario. Es decir, esta figura se asocia a la búsqueda exclusiva del beneficio o a la persona que despide a la plantilla sin ningún tipo de miramiento. En este sentido, Colomina (2012) aconseja “mejorar la imagen de los autónomos, limpiarla de los prejuicios que la tildan de explotador de trabajadores que siempre oculta algo fraudulento”. Este estereotipo, según Calderón (2012) “mina la moral del empresario a la vez que rebaja el nivel competitivo de la empresa”. Para romper esta creencia, Alva (2012) recomienda “transmitir que el empresario es quien crea empleo y quien arriesga sus ideas y su patrimonio”. La percepción del riesgo también juega en contra de la creación de empresas. En la cultura española, este aspecto se entiende de forma negativa: antes de probar y arriesgar es preferible quedarse quieto. Alva (2012) considera que “la formación también tiene que enseñar cómo afrontar el miedo al fracaso para cambiar esta idea”. En este sentido, la educación debe encaminarse a evitar que los emprendedores desestimen nuevas actuaciones después de un intento fallido. En el marco del creciente interés e impulso institucional por el desarrollo del espíritu emprendedor desde el sistema educativo, con este trabajo se pretende analizar la figura del empresario, teniendo en cuenta los factores clave del emprendimiento, las capacidades requeridas y la competencia emprendedora necesaria para que las instituciones educativas puedan desarrollar y ejecutar un plan viable con el que se fomente el espíritu emprendedor en los jóvenes desde las edades más tempranas tanto para una posible salida profesional por cuenta propia como para su desarrollo personal en todos los ámbitos de la vida diaria. KW - Organización de Empresas KW - Emprendedores KW - Jóvenes españoles KW - Fomento de la Cultura KW - Promotion of Culture LA - spa PB - Vidal Vidal, José ER -