TY - JOUR A1 - Pastor Pérez, Yolanda T1 - Estudio de la interacción salinidad x fitorregulador en "Chrysanthemum coronarium" L. cultivado en maceta Y1 - 2009 UR - http://hdl.handle.net/10317/1808 AB - En la producción viverística de la regiones afectadas por la salinidad es frecuente regar con aguas salinas, lo que puede ocasionar problemas de crecimiento y desarrollo en las especies cultivadas, que repercuten negativamente en la calidad de la planta. Los síntomas más comunes de la salinidad en la producción de plantas ornamentales son la reducción del crecimiento, la manifestación de clorosis y necrosis foliares, y la caída de las hojas. Algunos autores han estudiado si la reducción del crecimiento por la salinidad puede ser aplicada para obtener plantas más compactas y reducir las necesidades de la regulación química, pero los resultados obtenidos indican una baja eficacia (Vernieri et al. 2006). Los síntomas por salinidad son consecuencia de los efectos fisiológicos y bioquímicos inducidos por factores osmóticos e iónicos de las sales (Hare and Cress 1997; Munns, 2002). El efecto osmótico provoca un estrés hídrico en la planta al disminuir el potencial osmótico del medio que restringe las disponibilidades de agua de la planta reduciendo el crecimiento aéreo (Neumann 1997) y radical (Wild, 1988). La deshidratación celular inducida produce daños irreparables sobre las membranas y proteínas (Crowe, 1998). Esta restricción de la disponibilidad hídrica produce una adecuación del potencial hídrico interno de la planta mediante la acumulación de iones salinos y la síntesis de solutos orgánicos (Alarcón et al., 1993). La primera actuación implica un riesgo de toxicidad, deshidratación y desequilibrio nutritivo, y la segunda un desgaste energético (Munns, 2002). El efecto iónico de la salinidad radica en la absorción de iones salinos específicos hasta acumular de forma directa concentraciones tóxicas (toxicidad iónica específica), y de forma indirecta puede determinar desequilibrios nutricionales (efecto nutricional). Los iones que más problemas inducen son el cloruro (Cl‐) y el sodio (Na+), aunque hay otros que también pueden ser tóxicos. Algunas especies toleran el estrés salino evitando absorber estos iones o tolerando altas concentraciones en los tejidos mediante compartimentación. La concentración de iones salinos reduce la capacidad fotosintética al dañar cloroplastos (Soldatini y Gianini, 1985) y reducir la clorofila y la actividad enzimática. Como consecuencia la planta es incapaz de producir los carbohidratos que los órganos en crecimiento demandan, lo que implica una mayor reducción de su tasa de crecimiento (Munns y Tester, 2008). La toxicidad por cloro se manifiesta por la aparición de color marrón sueva en el limbo y una amarilleamiento del ápice en las hojas que continua con su muerte y una clorosis general del limbo, mientras que la del sodio se inicia con una amarillez en el margen foliar que evoluciona necrosándose finalmente (Ferguson y Grattan, 2005). En el medio de cultivo, el Na y el K compiten con la entrada en el interior de las células radicales, y cuando las concentraciones de Na exceden a las del K se producen efectos negativos porque las planta no puede mantener la relación K/Na en sus tejidos (Munnss and Tester, 2008). Cuando la compartimentación de iones no es suficiente, la hoja los acumula en el citoplasma o en las paredes celulares, provocando inactivación de enzimas (Amtmann y Sanders 1999) o deshidratación (Flowers et al., 1991), respectivamente. El Na+ puede inhibir la actividad enzimática por enlazar con los lugares de inhibición o por desplazar al K+ de los lugares de activación (Serrano, 1996). El Na+ puede desplazar al Ca2+ de las posiciones de intercambio en las membranas celulares (Cramer et al., 1985). El Ca2+ tiene una importante función de estabilización de las membranas celulares (Cramer et al., 1985) Actualmente hay un creciente interés hacia la utilización de especies nativas en las actuaciones de jardinería y paisajismo, que abren un prometedor mercado en el sector ornamental, acorde con las actuales tendencias hacia lo naturalizado. Las especies silvestres están bien adaptadas a sobrevivir bajo condiciones mediterráneas porque tienen una mayor adaptabilidad al entorno, lo que potencialmente confiere una mayor resistencia a los estreses medioambientales que imponen las condiciones climáticas de las zonas áridas o semiáridas, donde la salinidad y escasez de agua son un claro exponente de éstas. La región mediterránea constituye una fuente importante de plantas con gran potencial para el uso ornamental y paisajístico, entre éstas, Chrysanthemum coronarium L. es una planta anual de la familia Asteráceas, muy común en los márgenes de los caminos del sur de España, entre 0 y 500 m de altitud. Dispone de tallos muy ramificados, que fácilmente alcanzan entre 50 y100 cm de altura, cubiertos con hojas alternas y muy divididas. Sus flores, agrupadas en capítulos solitarios, son liguladas en la periferia (amarillas o blancas), y flósculos en el centro. La abundante y vistosa floración de este crisantemo, y su floración en invierno y primavera, lo hace muy atractivo para su uso ornamental. Sin embargo, su excesivo y desproporcionado crecimiento cuestiona su utilización ornamental como planta en maceta Una de las herramientas más utilizadas para reducir estos problemas de excesivo crecimiento es la aplicación de fitorreguladores, por su efectividad, facilidad de uso y bajo coste. Estos compuestos son útiles para controlar diversos aspectos del desarrollo vegetal con interés agronómico y en distintos tipos de cultivos, como frutales, cereales, ornamentales, etc. En el caso de los cultivos ornamentales, la literatura científica indica que su utilización se ha centrado, principalmente, en mejorar la calidad de las plantas, haciendo plantas más pequeñas, más compactas, con hojas con un color verde más intenso y una floración más homogénea y persistente. Resultados previos se han obtenido C. coronarium, demostrándose que paclobutrazol y prohexadiona cálcica mejoraron el valor ornamental del crisantemo silvestre en maceta (Valdés et al. 2008). Por otro lado, se ha sugerido la eficacia de los fitorreguladores para mejorar la resistencia o tolerancia a estreses abióticos y bióticos (Rademacher, 1995). Entre estos, el paclobutrazol ha demostrado su papel positivo para reducir los efectos negativos de la salinidad en distintas especies (Saha and Gupta 1998; El‐ Kheir et al. 2000). Bañón et al. (2005) justificaron el efecto del paclobutrazol en adelfa porque disminuyó la acumulación de iones tóxicos en los tejidos. Considerando que la aplicación de fitorreguladores y el riego con agua salina son dos aspectos que frecuentemente van a coincidir en el cultivo de C. coronarium en zonas semiáridas, el objetivo de este estudio fue determinar los efectos de la aplicación conjunta de estos dos factores sobre el crecimiento, desarrollo, estado hídrico y acumulación de solutos inorgánicos en la planta, y su relación con posibles daños en los centros de reacción del fotosistema II y la integridad de la membrana celular. KW - Producción Vegetal KW - Chrysanthemum coronarium L. KW - Fitorreguladores KW - Paclobutrazol KW - Prohexadiona cálcica KW - Phytoregulators LA - spa PB - Yolanda Pastor Pérez ER -