dc.description.abstract | El amianto o asbesto (denominaciones de origen griego, cuyo significado es amianto‐incorruptible y
asbestos‐inextinguible) es una sustancia mineral natural (silicato fibroso), con dos grupos mineralógicos:
serpentinos y anfíboles, que se extrae de la roca en minas de distintos países, principalmente, Canadá,
Rusia, Brasil, Australia y algunas zonas de África. El crisotilo pertenece al grupo de las serpentinas; los
otros tipos de amianto son del grupo de los anfíboles.
Las rocas conteniendo serpentinas y anfíboles están esparcidas en la superficie de la tierra,
presentándose el amianto en forma de venas. Cuando las venas están en cantidades importantes en la
roca (alrededor del 1 %), se considera la extracción comercial de las fibras. También se encuentra
amianto en cantidades pequeñas de amianto anfíbol en otros productos, como talco y mineral de hierro.
Se remonta a 1880 la primera explotación moderna de amianto y, de una forma más o menos intensa,
se ha utilizado durante todo el siglo XX.
Las variedades de amianto comercializadas han sido: crisotilo o amianto blanco (90% producción
mundial), crocidolita o amianto azul y amosita o amianto marrón (5% producción mundial). El volumen
de extracción mundial se redujo de 5 millones toneladas/año en los años 70, a 3 millones toneladas/año
en 1993.
El uso de amianto ha sido muy extenso debido a sus propiedades fisicoquímicas, que le proporcionan,
entre otras, las siguientes características: gran resistencia al fuego, aislante térmico y acústico,
resistencia a altas temperaturas, al paso de la electricidad, a la abrasión, a los microorganismos,
resistencia a los álcalis y ácidos, tixotropante y gran procesabilidad.
Estas propiedades han hecho del amianto un elemento muy útil en la industria de la construcción,
siendo las variedades de amianto más empleadas el crisotilo, la crocidolita y la amosita.
En construcción se ha utilizado, como protección contra el fuego en estructuras metálicas, en paneles acústicos y calorifugados de tuberías, en la fabricación de baldosas y suelos, en placas decorativas de
falso techo, como fibrocemento en placas onduladas, planas y tuberías, en pinturas, asfaltos y masillas,
etc.
Además de este amplio uso en la construcción, el amianto se ha utilizado como aislante en barcos,
vagones de trenes, aviones, centrales térmicas y nucleares, en electrodomésticos, en calderas y tuberías
y en multitud de aplicaciones. Esta amplitud de uso alcanza al mobiliario urbano, como se puede
observar en la figura 1.
Figura 1.Algunas variedades de amianto, principalmente el crisotilo o amianto blanco, pueden tejerse lo que ha
dado lugar al uso de tejidos de amianto en cortinas ignífugas, trajes aislantes, mangueras para extinción
de incendios, guantes y otros.
Actualmente el amianto se pueda encontrar formando parte de los materiales del edificio, estructuras,
aparatos o instalaciones, de acuerdo con los usos que históricamente se han dado del mismo.
Las importaciones de amianto en España (figura 2) fueron significativas: 2,6 millones toneladas (periodo:
1900‐2000), con 800 empresas importadoras (periodo: 1947‐1985) y un periodo de máxima utilización
entre 1960 y 1984. Sus principales sectores de uso han sido: fibrocemento (77 %), aislamientos y
calorifugaciones (4 %), empaquetaduras y cartones (5 %), elementos de fricción, recambios y filtros (3
%) así como muchos otros (11 %).
En España, el periodo de máxima utilización es el comprendido entre los años 1960 y 1984. A medida
que el amianto se utilizaba, fueron conociéndose los riesgos que representaba para la salud la
inhalación de sus fibras y, lentamente, se ha ido procediendo a la prohibición de sus distintos usos. En
España, la prohibición de fabricación y comercialización de la última variedad de amianto, el crisotilo,
fue fijada para el 14 de junio de 2002.
Figura 1. Fibras de crocidolita (anfíboles) vistas exteriormente en un bajante de aguas pluviales de fibrocemento
Figura 2.Por lo que se refiere a su peligrosidad, los parámetros que la determinan son: concentración ambiental,
tipo de amianto (fibras: serpentinas/anfíboles), medida de las fibras (L> 5 mm; d< 3 mm; L/d > 3), ritmo
respiratorio del trabajador y el tiempo de exposición.
Los efectos del amianto sobre la salud han sido ampliamente demostrados: como carcinógeno de
primera categoría (C1) causante de mesotelioma pleural y peritoneal y cáncer de pulmón (carcinoma broncopulmonar) y también como causante de asbestosis, con tiempos de latencia de hasta 20‐40 años.
El riesgo asociado a niveles bajos de exposición a amianto no está claramente determinado, aunque se
admite que en patologías de mesotelioma pleural, un 26 % de origen no ocupacional corresponden a
bajas concentraciones de exposición.
No existe un nivel seguro de exposición, al igual que con otros contaminantes cancerígenos. Evitar la
exposición al amianto es la única medida preventiva para evitar enfermedades. | es_ES |
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